lunes, 28 de octubre de 2013

UN CORAZÓN ABIERTO

Queridos hermanos y hermanas:

A casi un mes de poner un punto y coma a una etapa irrepetible de mi vida, tarde o temprano tenía que llegar. Llevo varios días enclaustrado en casa. Me sorprendía de que durante más de nueve meses no haya caído enfermo de paludismo, pero no ha sido éste último quien ha hecho que enferme, sino un buen resfriado que dura varios días y que, con toda probabilidad (mañana iré al Centro Hospitalario Regional de Korhogo), se ha transformado en otitis. Tocaba... pero nada preocupante. 

He aprovechado estos días para reflexionar sobre qué está suponiendo en mi vida toda la experiencia que estoy viviendo, a la espera de que sus frutos se vean en el futuro. Y el Evangelio de hoy me ha tocado el corazón (Lc 6, 12-19), pues llevaba varias semanas reflexionando al respecto:


Sé que algunos que me seguís con frecuencia os consideráis lejanos de Dios. Pero no por ello Dios deja de amaros. Y yo os sigo queriendo y respetando.

Sí, hermanos y hermanas, me siento querido por Dios. Su presencia, su apoyo incondicional, su lealtad ilimitada me han acompañado todo este tiempo, en el que muchas han sido las dificultades. Pero, ¿quién dijo que iba a ser sencillo?

Por eso, esta experiencia en Korhogo me ha hecho abrir los ojos y tomar conciencia de que soy un Apóstol de Dios, yendo más allá de mi condición de "sacerdote, profeta y rey" que recibí con el Bautismo. Sí, me ha elegido, como eligió a los Doce. Con la Confirmación, Dios nos nombra apóstoles, pero qué difícil es sentirse apóstol! 

"No llevéis nada con vosotros, predicad con el ejemplo"
Mi condición de misionero no puede reducirse a un sólo ámbito, como por ejemplo al centro donde colaboro. Soy consciente de que soy misionero las 24 horas del día, allí donde esté, y por ello he de actuar en consonancia. Tampoco soy perfecto, reconozco mis debilidades y mis pecados, como lo eran esos Doce. Pero tal y como Dios me pide, he de estar abierto y cercano.

"Yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas." (Mt 10, 16)
Muchas han sido las pruebas que Dios me ha puesto. Algunas de ellas, durísimas. Pero he sido capaz de sobrellevarlas gracias a mi Fe en Él. ¡Qué verdad es que la Fe mueve montañas! El contexto en el que vivo no es en absoluto sencillo: las injusticias son enormes, provocando gran dolor y frustración, las mentalidades son tan diferentes que a veces te preguntas en quién puedes confiar realmente, el significado de las palabras cambia de una mentalidad a otra... No. No es sencillo. Pero es justamente la Fe, la afirmación de que estos valores son necesarios los que han permitido que no decaiga en el camino.

Dos personas, no hace tanto tiempo, me dijeron que me admiraban. ¿Por qué?, les pregunté, sorprendido. "Cuando nos dijeron que iba a llegar un blanco para un año, nos entraron los nervios: teníamos que planificar todo para estar a la altura, para que no te faltara de nada, etc. Pero te admiramos por tu sencillez, por venir a vivir como nosotros, entre nosotros y con nosotros. Y siempre dispuesto a ayudar, sobre todo con un buen consejo. Simplemente gracias". Mis lágrimas cayeron de emoción y reconocimiento. Pero he de decir que tampoco hubiera podido ser así si no me hubieran aceptado como lo han hecho. El primer día me contaron que para ellos los Senufo, "el extranjero es rey" (y bien cierto es, lo he comprobado), y en consonancia me otorgaban un nombre Senufo: "Zié". Lander Zié, que significa literalmente "primero de entre los hijos". Impresionante, verdad? Pero la condición de "hijo" no exime de dificultades y responsabilidades, claro está.

Me siento lleno. Lleno porque aceptar la llamada de Dios hace que me sienta aún más querido, y porque despojarme durante un año de muchas cosas, algunas de ellas muy importantes, me lo devuelve con creces. Porque ya lo dice el Evangelio: "Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido" (Mt 23, 12).

Hermanos y hermanas, seguir a Cristo no es sencillo. Ya lo dijo Él: "Si alguien quiere seguirme, renuncie a si mismo, tome su cruz y me siga” (Mt 16, 24). No es fácil. Pero merece la pena. "Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia" (Jn 10, 10).

Quiero aprovechar estas líneas para agradecer a varias personas, a sabiendas de que no podré citar a todas.

En primer lugar, a Dios. Por todo.

A mi Ama, por ser ejemplo vivo del Sí de María, por hacerme ser lo que soy y por dejarme ser lo que soy. Siendo parte de mi misión, nuestros corazones están más unidos que nunca (y eso que el margen era escaso!). Maite zaitut Ama.

A mis hermanos de Molante, mi "bruxa aberia" y "mi perli": gracias, eskerrik asko, por vuestra lealtad, vuestro apoyo, vuestro recuerdo, vuestra presencia. Habéis hecho que este camino sea más llevadero y por demostrarme que la distancia no es un obstáculo cuando realmente se quiere a alguien. Os estaré SIEMPRE agradecido.

A Ramón: por ser un verdadero e inmediato apoyo, ejemplo vivo de lo que es ser un servidor de Dios, y por lo tanto, un servidor al prójimo. "Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos" (Mt 5, 10). 

A quienes me han acogido en Korhogo, especialmente a Alphonse, su-mi familia y las Hijas de la Cruz: porque aceptarte durante un año y convertirte en un miembro más de la familia, con sus alegrías y sus tristezas, siempre engrandece y permite vivir en Comunión.

Y cómo no, a todos los seguidores del blog. Que aunque la mayoría no se exprese, sé que están ahí. 

Aún queda un mes para seguir enriqueciéndome como persona en tierras senufas. Por de pronto, espero recuperarme y así poder hacer de anfitrión a Cristina y Marta, dos misioneras madrileñas que aterrizaron a Daloa hace un mes y a las que espero enseñar la realidad de esta dura y maravillosa tierra llamada País Senufo. Fotamana, Cristina y Marta!

El camino sigue... la vida continúa!




jueves, 24 de octubre de 2013

LOS SENUFO NANFARAN

He aquí un interesante documental sobre los Senufo Nanfaran, sub-grupo de los alrededores de Korhogo.

Está en francés, pero si no entendéis, solo las imágenes y la música merecen la pena.

DISFRUTAD!




miércoles, 16 de octubre de 2013

POR LA DIGNIDAD DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDADES

Tiangona! Akwamaya?

Hoy me propongo explicaros con más o menos detalle el centro en el cual colaboro: Don Orione - Antenne de Korhogo. ¿Qué es? ¿Qué se hace? ¿A quién atiende?



Luigi Orione (Italia 1872-1940) fue un sacerdote católico italiano y fundador de la congregación religiosa "Pequeña Obra de la Divina Providencia". Popularmente llamado Don Orione, y canonizado en 2004, da nombre a toda una red de centros por todos los continente, centros dedicados sobre todo a la infancia, y en especial, a la infancia con dificultades.

Don Orione - Antenne de Korhogo se abre en la década de los 90, gracias a las Hijas de la Cruz, como un centro ligado al de Bonoua (sur de Costa de Marfil), para atender a toda una población con discapacidad. Es el primer y único centro en Korhogo, incluso en la actualidad, y es una referencia en toda la región del norte de Costa de Marfil. Sin embargo, la actividad del centro ha sufrido altibajos desde su apertura, ligados a los diferentes acontecimientos políticos. 

El objetivo principal del centro es la recuperación de las capacidades de personas con discapacidad y, en caso de discapacidad incurable, la mejora de las capacidades o simplemente, la aceptación. Lo que prima por encima de todo es la dignidad humana.

Como bien os podéis imaginar, no es un trabajo sencillo. Aquí, la creencia popular considera a algunas de estas personas como reencarnaciones de serpientes u otros animales. Creencias arraigadas en el subconsciente colectivo de una cultura milenaria y mística. Al nacer con discapacidad, no se le considera humano. Frente a mí, he tenido muchos casos en los cuales los padres, sobre todo la madre, ha huido de alguna aldea para salvar a su niño o niña, ya que la "gran familia" le invitaba a entregarles el niño. "Acompañar" es el verbo que utilizan. Pero ¿qué significa en realidad? Ese "acompañamiento" consiste en llevar al niño al campo, envenenarlo y, una vez fallecido, enterrarlo. Hay familias que huyen de esas presiones... pero también las hay que tras huir, vuelven al pueblo y sucumben a la "invitación", por agotamiento psicológico, por no poder alimentarlo (especialmente en familias con hijos numerosos, como suele ser lo normal). Un drama...

Pero en Don Orione lo primero que encuentran es dignidad. Lo primero que intentamos inculcar a los padres, a menudo sin estudios, gente rural y pobre, pequeños campesinos, es que su hijo es un ser humano, diferente a los otros, sí, pero un ser humano, y que como tal tiene su dignidad y su derecho a la vida. No es sencillo. Padres de personas con un IMC (Parálisis Motriz-Cerebral), o de una persona con autismo, o  con Síndrome de Down... esos padres necesitan ser aplaudidos de vez en cuando. Hay alguno que incluso cree que algún día su hijo "será normal". En un contexto en el cual sobrevivir es un reto... no es sencillo. Claro, caemos en la trampa de ver la discapacidad con ojos de occidentales. Pero en una sociedad en la que, por ahora, el acceso al ¿sistema? sanitario es caro y no siempre con buenos equipamientos, en la que no existen servicios de atención, protección y acogimiento... Si a todo ello le sumamos un contexto de guerra, rebelión durante una década... Pues vosotros mismos podéis sacar las conclusiones.

El centro Don Orione - Antenne de Korhogo trabaja con una ONG que llama "Liliane Fonds", con sede en los Países Bajos y con proyectos por todo el mundo. Dicha fundación financia el tratamiento de muchos de las personas que vienen al centro. Si queréis consultar la web de Liliane Fonds, he aquí la dirección: http://www.lilianefonds.org/ En cualquier caso, no todos los casos son financiados, sino que son privados, para aquellos que pueden pagar. 

Por eso existe Don Orione. Y tras haberme extendido un poco, paso a contaros cómo está organizado el centro y qué se hace. 

El centro está dividido principalmente en tres partes, que expongo a continuación.

La fisioterapia, que se encarga de trabajar con personas con discapacidades físicas, tonificación muscular, etc. En este sector 






En el otro extremo, está el sector socioeducativo, en el cual trabajo. Aquí trabajamos con niños, solamente niños, con diferentes discapacidades, principalmente cognitivos: autismo, síndrome de Down, retrasos del desarrollo... pero también un grupo importante de sordomudos, otro con dificultades en el habla... Estos casos, al necesitar de una terapia continuada durante años, son financiados por Liliane Fonds, aunque debido a la crisis, y su lógica reducción de la ayuda, este año se ha exigido una participación financiera a los padres. Es un trabajo interesante, en el cual se coge mucho cariño... Existe una pequeña dificultad, en mi caso, ya que muchos no saben o no hablan muy poco francés, siendo el Senufo o el Dioula los idiomas predominantes. 











Y por último, está el taller, donde trabaja mi compañero Daniel fabricando zapatos ortopédicos, muletas, correctores...



Pues este es el centro en el cual colaboro. Un centro que se creó gracias a las Hijas de la Cruz, que en su Carisma subraya lo siguiente: "optar por los pobres y los pequeños". DIGNIDAD, hablamos de DIGNIDAD. 

Os dejo una foto de hoy mismo, con mis Hermanas, y un vídeo, también de hoy, en el cual estoy con dos niños con dificultades en el habla. ¿Qué os parece?

Wapie gniena!!

"Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados." (Mt 5, 4)

"Dejad que los niños vengan a mí, y no los impidáis; porque de ellos es el reino de Dios" (Lc 18, 16)



sábado, 12 de octubre de 2013

LE PLATEAU D'ABIDJAN

Mirad esta foto:


No, no es la foto aérea de una ciudad europea o norteamericana. Es el barrio "Le Plateau" de Abdijan, capital económica de Costa de Marfil, que desde el aire se asemeja a una ciudad occidental pero que, al pasear por las calles, te encuentras con la terna social que impera en todo el país: una gran variedad de estilos, religiones y etnias distintas. Sin embargo, el Plateau ha sido citada durante muchas décadas "el pequeño Manhattan" y su similitud a una gran ciudad occidental ha de contextualizarse, pues no es fortuita. Es un barrio que se debate constantemente entre apropiación de la herencia colonial francesa y la asimilación incompleta de estilos urbanos occidentales. En cualquier caso, es el barrio mas "chic" del país, un auténtico centro financiero y de poder. Es aquí donde encontramos los grandes bancos, las grandes infraestructuras, hoteles de renombre internacional, el palacio presidencial, la mayoría de embajadas... 

Querría plasmar un texto de Kourouma, uno de los grandes escritores marfileños, sobre la percepción de los africanos acerca de este barrio:
La rue, une des plus passantes du quartier nègre de la capitale grouillait. A droite, du côté de la mer, les nuages poussaient et rapprochaient horizons et maisons. A gauche, les cimes des gratte-ciel du quartier des Blancs provoquaient d’autres nuages qui s’assemblaient et gonflaient une partie du ciel. Encore un orage ! Le pont étirait sa jetée sur une lagune latérite de terres charriées par les pluies de la semaine ; et le soleil, déjà harcelé par les bouts de nuages de l’ouest, avait cessé de briller sur le quartier nègre pour se concentrer sur les blancs immeubles de la ville blanche. Damnation ! bâtardise ! le nègre est damnation ! les immeuble, les ponts, les routes de là-bas, tous bâtis par des doigts nègres, étaient habités et appartenaient à des Toubabs. Les Indépendances n’y pouvaient rien !
A. Kourouma, Les Soleils des Indépendances, 1970
Teníamos un día para descubrir el barrio. Tras meses en Korhogo, decidí hacerme un pequeño regalo y pasé dos noches en el hotel Ibis del Plateau. Sinceramente, creo que me lo merecía. El hecho de que de la ducha salga agua caliente, unos baños bien esterilizados, un comedor de estilo occidental, una cama cómoda... eran cosas que casi había olvidado. La habitación estaba en el piso 8, y a la noche las vistas a las lagunas eran espectaculares.



Tras pasar la primera noche de lujo, un descanso que me vino como anillo al dedo, desayuné como nunca: café, bollería, zumo de mango, queso... Esperé a Issa, mi amigo de Korhogo que nos acompañó durante todo el viaje. 

Callejeamos un poco, cruzando grandes calles, en las cuales habían hombres de negocios, personas recogiendo boletines en la entrada del Ministerio de la Función Pública, a la espera de convocatorias de oposiciones... Llegamos, no muy lejos, a nuestra primera parada: La Catedral de San Pablo de Abidjan. Lo primero que me llama la atención es el techo en mal estado. Y esperamos a unas personas que conocimos la víspera en otro punto de la ciudad, que se encargaron de enseñarnos la catedral.


Como si fuera un OVNI, ahí estaba la catedral de San Pablo, abrazando al resto de la ciudad y a sus lagunas. Y es que con sus 70 metros de altura, es uno de los emplazamientos más privilegiados. Construido por empresas italianas e israelíes, Juan Pablo II oficializó la primera piedra en 1980. Empezó a construirse en febrero de 1983 y las obras finalizaron 30 meses más tarde. El proyecto de construcción venía de lejos, desde primeros de siglo, pero no consiguió hacerse realidad, cuando entre 1964 y 1966, con la expansión de la ciudad, el Gobierno de Costa de Marfil lanza un programa público llamado "Edificios religiosos", que consistía en la construcción de 3 grandes centros religiosos: una iglesia católica, una iglesia protestante y una mezquita. En este contexto surge San Pablo de Abidjan.


Su arquitectura representa el misterio de la Santa Trinidad, de ahí su forma triangular. La Trinidad, siendo una, se eleva hacia el Cielo como un velo, símbolo de la elevación y la verdad y presidida por una Cruz un poco ondulada, que simboliza el Cristo resucitado que abraza. "En lo Alto tenéis vuestro objetivo, no en la tierra"  (Col, 3, 1).

Pudimos subir hasta los brazos de la Cruz, desde donde vimos la gran ciudad. Unas vistas, sencillamente, impresionantes.






En el interior, más espacioso de lo que a primera vista podría parecer, lo que más me llamó la atención fueron las vidrieras. Una de ellas está dedicada a la llegada de los primeros misioneros a África, es la más grande. Las demás, representan los 7 sacramentos y las 7 virtudes teologales. 

Vidriera en honor a los primeros misioneros.

Como veis, una visita que me impresionó tanto o más como os estará impresionando a vosotros. Me encantaron las vistas desde los brazos de la Cruz, aunque me hubiera gustado haber subido hasta arriba del todo. En su día era posible, pero tras la guerra post-electoral de 2010-2011, la Iglesia quedó seriamente dañada: el techo con goteras, en muy mal estado, escaleras a la parte alta de la cruz en mal estado... Una pena. El Plateau sufrió cruelmente la guerra, pues en este barrio se encontraba el palacio presidencial donde Gbagbo no salió de su búnker, rechazando abandonar el poder y reconocer la victoria electoral de Alassane Ouattara.


De ahí Issa y yo seguimos deambulando un poco por las calles del Plateau, hasta llegar al Museo de las Civilizaciones, que estaba cerrado. Una pena, pues me interesaba mucho. Hace un pequeño repaso a todas las etnias presentes en Costa de Marfil. Por lo menos pudimos entrar a los jardines...




Seguimos nuestra ruta, parándonos en cualquier sitio que nos llamaba la atención, entrando a supermercados, etc. Llegamos hasta la Gran Mezquita, aún en construcción. En un lugar espacioso y una bonita construcción, se trata de la primera Mezquita del Plateau. Ante el aumento de la presencia de fieles musulmanes en la ciudad, en 1996 comienzan las obras de construcción, aunque en 1999 se paralizan por falta de financiación. En 2007 se forma una comisión especial para relanzar las obras, obras que aún siguen teniendo lugar. He aquí su página web: http://www.lamosqueeduplateau.org/




Y de ahí fuimos serpenteando las calles hasta cruzar el segundo puente que une el Plateau con Treichville, otro de los distritos de Abidjan. Pero nos paramos en la plaza de la República, una gran rotonda (si no la única que he visto), engalanada con banderas de Costa de Marfil, ya que a los días se celebraba el Día de la Independencia, y con una bonita escultura en el centro, que tiene un cuento:

En el siglo 18, cuando los colonos franceses llegaron por primera vez en este lugar (actual Place de la République), se encontraron durante su caminata de reconocimiento con una señora que llevaba en la cabeza una cesta entera llena de hojas. Entablan una conversación, le pidieron información sobre el nombre del lugar donde estaban en ese momento, porque, obviamente, ella vivía allí. La mujer no entendió lo que preguntaron y respondió diciendo: "T'chan M'bi Djan" que en Ébrié significa "Estaba cortando hojas", creyendo que le preguntaron de dónde venía. Los colonos por su parte, pensaron que la mujer respondió a la pregunta, y escribieron - con un poco de error - en su papel de "Abidjan". Así que desde ese día que esta ciudad se llama así.

Y con este bonito relato, nada mejor que despedirme de vosotros. Que os vaya bien y Dios os bendiga!








jueves, 3 de octubre de 2013

LA INFANCIA EN ÁFRICA, DIANA DE LAS INJUSTICIAS

(Leer este artículo mientras se escucha esta canción, "Los incontables", del grupo Ain Karem).


Voy a relataros una cruda historia, real como la vida misma. La he vivido en primera persona. Una historia dura, injusta, que hace que me haga mil preguntas.

Se llama Jules Sambéna (Sambéna es el nombre Senufo). Lo conocí nada más llegar a Korhogo. Con 12 años, acude al centro Don Orione, en el cual trabajo, para refuerzo escolar, ya que sufre algunas dificultades cognitivas. Un niño tímido, poco hablador, poco seguro de él mismo. Pero cariñoso, con una mirada triste y agradecida a la vez.

Hace menos de un año, el padre fallece por el SIDA, dejando huérfanos a tres niños, de 16, 12 y 7 años. La madre, portadora del VIH también, alquila a duras penas una pequeña casa, poco salubre, en las afueras de Korhogo. Se queda junto a los dos hijos mayores, y el pequeño, Jean Marie Ozon, se traslada, por petición expresa de la madre, a vivir a nuestra casa. El segundo "protegido" en esta casa. Es el término que se utiliza popularmente para designar a los niños que son adoptados de mutuo acuerdo, aunque, lógicamente, sin trámites legales. Jules Sambéna sigue en casa, y su madre intenta ganarse unas monedas vendiendo jabón, que no le llega ni para pagar el alquiler. Pero algunas personas le ayudan a cubrir los gastos.

Jules y Jean Marie nacieron de padres ya portadores de VIH, pero no nacieron contaminados, debido a unas técnicas durante el embarazo y el parto, unas técnicas que desconozco, financiados por la Unión Europea. 

En pocos meses, el estado de salud de la madre empeora. A ritmos precipitados. A finales de agosto, bajo una gran luna, nos dirigimos toda la familia a visitar a la madre. Una casa bien pobre... detrás de unos matorrales que hay que cruzar. Una mujer nos invita a sentarnos en un pequeño banco de la entrada mientras va a vestir y ayudar a la madre. Aparece tras la cortina (la casa no tiene puerta). Una mujer débil, con una gran dificultad para hablar. Solo es capaz de agradecernos por la visita y pedirnos que recemos por ella y los niños. Y un largo silencio de miradas compasivas. En la despedida, pedimos a Jean Marie que de un beso a su madre, pero éste no se atreve. Timidez? O ha asumido como padres a quienes le dan comida, alojamiento, ropa, escuela...? Se me quedó mal sabor de boca. Sentía que probablemente sería la última vez que la vería. 

A la vuelta de nuestro retiro espiritual en Lataha, la misma noche nos informan que la madre ha sido hospitalizada en una clínica. Vamos rápido Alphonse y yo. Ya expliqué en otro post (Silencio en Lataha) lo que ví, lo que sentí y lo que pasó. Sería la última vez.

Seis días más tarde, de madrugada, nos avisan de que la madre acababa de fallecer. Edith, la madre de familia, de mi familia, está en el pueblo con el pequeño Junior. Alphonse va directamente al hospital y yo me quedo con los dos protegidos. No les digo nada. 

Al día siguiente, Alphonse me pide que de la noticia a Jean Marie, que él no se siente capaz, que yo siendo como soy, soy el más apropiado para saber cómo darle la noticia. Acepto (no por placer), y hago que nos juntemos todos los miembros de la familia, en un círculo. Me siento al lado del niño, y le explico lo que ha sucedido, de manera sencilla, que mamá se ha hecho invisible y está en nuestros corazones y en el cielo. Que no está solo, que sigue en nuestra casa como uno más. No reacciona. Me mira y al rato actúa como si nada hubiera pasado. Nos duchamos, nos vestimos y vamos todos al tanatorio, donde nos esperan una veintena de personas alrededor del cuerpo en el suelo, cubierto de sábanas y telas. El entierro será seguido, pues el tanatorio se paga por días y la familia decide hacer el entierro rápidamente. El pastor bautista (la familia es protestante-bautista) no llega, por lo que nos toca hacer una oración por la difunta. Me sorprende la poca gente que hay. Alphonse hace un relato de su vida y encomienda su alma a Dios. Algunas personas lloran, los más cercanos. Aunque llorar por la muerte de alguien no está bien visto.  Los más jóvenes depositan el cuerpo en el "corbia", una especie de camioneta para trasladar difuntos, y la familia cercana sube en la misma. Mientras nos dirigimos al bosque sagrado, donde la van a enterrar, el motor del corbia se estropea. En mitad de Korhogo. La gente baja y la empuja. Pero nada... hay que llamar a otra camioneta (no en mejores condiciones), sacan el cuerpo y el convoy sigue su camino. Nosotros en moto, justo detrás del corbia. Llevo conmigo a Tchéwa, la otra protegida, muy triste, que me agarra como si necesitara calor humano. El entierro se realiza rápidamente, sin grandes palabras del pastor que había llegado en el último momento. Sin que la tierra toque el cuerpo.

De ahí vamos a la casa de una de las hermanas. Había más gente que en el tanatorio y el entierro. Olía a comida. Grandes marmitas de arroz, de carne y de verduras, para repartir entre la gente. "¡Han debido de gastarse un dineral!" digo en alto. "Les da igual gastar el dinero para funerales. Pero para curar y atender a enfermos, no tienen dinero. Es de locos!" me responden. Pues sí. Gastos para la muerte, pero no para la vida. Esquizofrenia social y cultural.

Pues bien, los días pasan. Los días avanzan... y una mala noticia más nos azota: el dueño de la casa va a echar próximamente a los dos, pues no le podrán pagar el alquiler. Nadie dice nada de los niños. El pequeño Jean Marie sigue en casa, como si nada. Pero... qué pasa con Jules Sambéna? Y el chico de 16 años? Nadie mueve ficha. Hasta que se decide preguntar directamente a los tíos y tías directos. Respuesta? No pueden hacerse cargo de los niños, no tienen dinero. Pero ¿qué hacer con Jules, sobre todo, pues el de 16 años puede buscarse la vida? Nadie lo quiere en su casa. Son días de profunda amargura los que pasamos. Amargura, indignación, dolor... No me cabe en la cabeza! ¿En qué mundo vivimos? Nos desgañitamos en ayudar a África. Pero, ¿qué sentido de justicia y ayuda imperan aquí, si no son capaces ni de ayudar a la propia familia? ¿Cuáles son las prioridades?

De mientras, Jules viene a casa a comer y cenar. Empieza el curso escolar, pero no tiene quién le pague la escuela, los libros, el material... Hablamos en casa. ¿Qué hacer? Por de pronto, Alphonse paga la escolaridad. Me invade tal amargura, tanta pena... decido ir al banco y retirar dinero de mi cuenta. Asumo los gastos del material, los libros y la participación en Don Orione, pues yo mismo soy su profesor y sé que es algo que necesita. Le digo a Jules que venga al día siguiente a las 10 de la mañana, sábado. Subimos a la moto y compramos todo lo necesario. En el trayecto, me abraza. Un abrazo cálido y frágil. La familia sigue sin querer implicarse. Ni para comprar la mochila. ¿En qué mundo vivimos?

En los días siguientes, Alphonse se apresura en contactar con diferentes familias de Korhogo, pidiendo, incluso suplicando que acojan a Jules. Que él acoge a Jean Marie. No es una decisión fácil... cuesta varios días. Pero ¡milagro! Una persona acepta... es el mismo pastor bautista. Golpeado por la injusticia y la piedad, acepta acogerlo en casa, darle alojamiento y manutención. No puede asumir otros gastos, pero ya es algo grande! Nosotros nos encargamos del resto.

Una historia realmente aterradora. Verídica. Largos días de amargura, y por qué negarlo, de algún que otro lloro. Pero los pequeños milagros se hacen realidad.



Amigos... muerte y resurrección, hoy en África. La infancia, diana de las injusticias... y esperanza de África.

"Dejad que los niños se acerquen a mí" (Mateo 10, 14)