Este ha sido un fin de semana
diferente. Igual de intenso que los demás, pero diferente. Paso a contároslo.
Tras una semana agotadora… el fin
de semana se presentaba cargadito. En Korhogo está presente una congregación
religiosa. Se les llama “Les Xavières”, cuya fundadora es Claire Monestès, y
son tres las hermanas presentes, las tres francesas: Monique, Danielle y Veronique.
Ellas son las que gestionan la biblioteca de “La Misión”, ese complejo donde se
encuentra la Catedral de Korhogo (Saint Jean Baptiste de Korhodo), el colegio
Sainte Elisabet, dirigida por las Hijas de la Cruz, la Casa de los Jóvenes
(donde proyectarán 4 películas durante el mes de mayo, al hilo del programa “Justicia,
Paz y Reconciliación”), etc. Una biblioteca que aún no he conocido, aunque
espero sacar un par de horas esta semana para ello. Por lo que me han dicho,
muchísimas personas, especialmente jóvenes, acuden a leer, a estudiar, a
aprender informática, etc. Es importante, pues las familias aquí no tienen
dinero “para libros”. Aunque de todos modos, las pocas librerías de Korhogo
poseen una decena de libros en venta.
Ya empiezo a enrollarme… así que
vuelvo al tema. El sábado por la mañana Les Xavières organizaron una jornada de
reflexión y oración, y el tema elegido, puesto que nos acercamos al mes de
mayo, era la Anunciación de la Virgen María. Inmediatamente, mi mente viajó a
ese pequeño lugar llamado Nazareth, en Tierra Santa, recordar cómo eran las
casas de la época, la basílica con su preciosa y simple fachada, etc… Fueron
unas horas intensas. Lo primero que hicimos fue una oración de movimientos y
que nos recordaba que somos como los árboles: nuestros pies pisan el suelo (raíces),
nuestro cuerpo como el tronco, y nuestra cabeza, como las hojas y los frutos,
hacia el cielo, conectando con Dios. Muy interesante… Posteriormente meditamos
y compartimos reflexiones sobre la Anunciación, el SI de María, sobre la
confianza, etc. (Lc 1, 26-38). Y tras el descanso, volvimos a orar, esta vez
bajo “la patame” (casetas de descanso africanas) del centro donde colaboro. Fue
otro momento intenso… y nuestra mente viajó por muchas culturas el mundo,
viendo cómo son las mujeres, etc. Después volvimos a la sala para analizar unos
textos de Claire Monestès. Me quedó grabada una frase, la que os escribo a
continuación, para que podáis meditarla: “Toda vocación es una encarnación” (C.
Monestès). Y al mediodía, concluimos la jornada.
(Probando una cosa muy rara que me dieron, era como canela y decían que era "afrodisiaco"...)
Hoy domingo, por la tarde, nos
hemos juntado el grupo TAMANG, que significa “amor” en senoufo, es decir, los “amigos
de las Hijas de la Cruz”. Hemos reflexionado sobre la experiencia de Maria
Laura, esa Hija de la Cruz que fue asesinada a cuchillazos por tres
adolescentes –con motivaciones satánicas- en Chiavenna (norte de Italia) en
junio del año 2000, pero hemos profundizado especialmente en sus últimas
palabras: “Señor, perdónalas”.
Y por último, hemos ido a visitar
a un amigo de la parroquia, Wylliam. Vive en una zona del barrio Téguéré,
llamado “Le Nid” (El nido). Se trata de un espacio que el primer presidente de
Costa de Marfil, Houphouet-Boigny, regaló a una americana protestante y que ésta
lo utilizó para construir todo un complejo: una casa de adopción para niños huérfanos,
casas particulares, un bosquecillo con árboles frutales (mangos, anacardos…),
unas tierras para el cultivo, para una granja… La verdad es que estas dos cosas
nunca se pudieron hacer realidad, debido a la falta de dinero y la guerra que
ha asolado este país. La casa para niños huérfanos sigue funcionando, aunque no
al ritmo de décadas anteriores (llegó a acoger a 60!). Cuando se hacen mayores,
estos niños siguen viviendo en el complejo, pero en las casas particulares. Es
curioso, pues todos tienen el mismo apellido: Walker, el apellido de la
americana protestante. Hemos paseado por el bosquecillo, y hemos entrado en la
casa para huérfanos. Dos pares de gemelos viven ahí, con una señora que les
hace la comida, los cuida y los quiere. Y cual ha sido nuestra sorpresa… una
pequeña niña, de unos 2 meses, que encontraron en un descampado lleno de
basura, con el cordón umbilical colgando. Realidades como ésta hace que se te
encoja el corazón y te preguntes por la condición humana. Muerte y Resurrección:
junto con la tristeza, la gran alegría de saber que existe gente maravillosa
que los acoge y los cuida.
Y éste ha sido mi fin de semana. Como
es decía, muy intenso. Y eso que no he asistido a la misa dominical! Además han
publicado un artículo mío en el boletín de información y formación de la
parroquia, sobre la historia del 1 de mayo y la posición de la Iglesia respecto
al trabajo. Me ha hecho ilusión… sobre todo cuando firmo “Misionero láico en
Korhogo”.
Os deseo una buena semana… y que
Dios nos siga bendiciendo!