Hace algo más de una semana, tuve la oportunidad de visitar Waraniéné, una visita relámpago pero que me impresionó, no solo por lo que vi, sino por cómo me acogieron.
Waraniéné es un pequeño pueblo a unos 5 kilómetros del centro de Korhogo. Es en este pueblo artesanal donde se fabrican los típicos y tradicionales boubou senufo (una de las 60 etnias de Costa de Marfil), así como todo tipo de objetos de arte. La novedad es que todos los artículos están fabricados con elementos naturales. Nada es de importación, y aún menos, artificial!
Para tejer un boubou, el hilo se obtiene de dos maneras: mediante tejedoras tradicionales, de madera (método manual y muy muy lento) y mediante la transformación del algodón traído de Bouaké, en el centro del país. Los hilos obtenidos son juntados y tejidos por los artesanos gracias a sus "máquinas de coser" que llaman la atención. Nunca antes había visto nada parecido!
Los costureros, a la vista de todo el mundo, crean sus modelos a partir de banda o modelos. Se trata de todo un proceso en el cual prácticamente todos participan: mujeres, hombres y niños. Entre todos contribuyen a fabricar los bubús (boubou) masculinos, femeninos o infantiles, sábanas, mochilas, manteles, etc.
En cuanto a los objetos de arte, éstos se fabrican con arcilla, granito o madera tallada (de manera excepcional)! Los diferentes colores utilizados provienen de estratos de corteza, raíces y hojas de árboles. Ningún color proviene de alguna industria. Los collares, las pulseras, los pendientes, los cuencos... son verdaderas obras de arte! Y lo que más me gusta de ellos es que sacan el mejor provecho de la naturaleza, de manera limpia, ecológica, respetuosa con el medio ambiente.
Se organizan bajo una cooperativa, que se llama Association des Jeunes Artisans de la Côte d'Ivoire (AJACI: Asociación de Jóvenes Artesanos de CI), y del cual ellos solos forman una sección. Hasta hace varios años, estos artesanos trabajaban bajo pequeños toldos de troncos y madera. Hoy en día mantienen esos toldos, aunque la mayoría trabajan en espacios construidos por una ONG alemana.
Estos artesanos tienen un solo deseo:
"Que nos construyan una fábrica de transformación de algodón en las cercanía, ya que ir hasta Bouaké para comprar hilos de algodón nos resulta muy caro. Y sería lo justo, puesto que este algodón es producido en nuestra tierras, en el Norte".