Conocí en persona a Alphonse el jueves al mediodía, pues se acercó a la Comunidad de las Hijas de la Cruz para visitarme. Las Hermanas ya me proporcionaron su correo electrónico hace un par de meses para que pudiésemos intercambiar algunas palabras y unas primeras impresiones. Aquellos mensajes dejaban entrever que la relación sería buena. Y efectivamente, nada más vernos, nos fundimos en un gran abrazo lleno de fraternidad.
El viernes por la mañana la Hermana Giulia me acercó en coche al centro Don Orione-Antenne de Korhogo, el centro para discapacitados en el cual voy a desarrollar mi misión. No voy a explayarme ahora respecto al funcionamiento del centro, prefiero dejarlo para otro día. Simplemente decir que Alphonse es el coordinador del mismo. Al mediodía, me llevaron al que va a ser mi hogar.
Alphonse es un chico de etnia sénoufo, de 34 años, casado este pasado verano con Edith, y con un hijo de dos años que se llama Francesco Junior (le llaman Junior). Por otra parte, tienen una niña de 9 años apadrinada para poder sufragar su escolarización.
Aquí me esperaban, en esta humilde casa. La verdad es que sentía un poco de curiosidad y preocupación por saber cómo sería la casa. A medida que nos acercábamos en coche, me preguntaba: "Madre mía, ¿aquí voy a vivir durante un año?". Las calles están sin asfaltar, con mucho polvo y basura, en un terreno totalmente irregular y plagado de agujeros. Sin embargo, al llegar, veo que todas las casas están rodeadas de una tapia, y lo que había en el interior era más que aceptable.
Me recibió la familia al completo, y fue Alphonse quien me dirigió unas palabras de acogida. Me dijo que es un humilde hogar, pero que todo lo que tienen es para compartirlo y rezó para que Dios proteja a toda la familia, en la cual me incluyen. Qué sencillez! Cuántos buenos sentimientos! La verdad es que me emocioné un poco.
Nada más deshacer la maleta, saqué las bolsas de caramelos que compré. El pequeño Junior empezó a saltar como un loco, con una expresión de ojos que conjugaba "¿qué hace un blanco aquí?" y "qué bien, cuántos caramelos!".
Me asusté al ver la cantidad de comida que preparó Edith. Había de todo! Lechuga con huevo, arroz, espaguettis, pescado... Comí más o menos como siempre, pero ellos seguían comiendo y comiendo, y me preguntaban si no me gustaba, al ver que comía menos que ellos. ¡Qué curioso! De todos modos, sé que las Hermanas le dan una cantidad de dinero a la familia como ayuda.
Han preparado una habitación para mí solo. Sencilla, con unos cuantos muebles y... (muy importante), un ventilador y una mosquitera (proporcionado por las monjas). Es una habitación sencilla pero confortable. Justo al lado está el baño (taza, lavabo y un grifo de ducha). Hay otras dos habitaciones donde duerme la familia y una estancia interior con sofás y una mesa delante de una pequeña tele. Me pregunté dónde cocinaban, y en la entrada en la casa, pero dentro del recinto de su propiedad, vi que había una especie de brasas. Efectivamente, se cocina al aire libre.
El barrio de Korhogo donde vivimos se llama "Quartier Sinistré" (barrio siniestrado). ¡Menudo nombre! Parece ser que hace una decena de años el barrio quedó calcinado debido a un incendio. De ahí su nombre. Esta es una calle típica a primera hora de la tarde, pero no es aquí donde vivo:
En esta casa entran y salen personas constantemente. A veces me lío con unos y con otros, pues algunos son familia, otros vecinos, otros amigos... Aquí las puertas de las casas están abiertas constantemente. Cualquiera puede entrar a una casa, charlar un rato, interesarse por la gente, jugar un rato o ayudarse. Es impresionante! Es como una gran familia. Hace un rato, después de cenar, el vecino me ha invitado a su casa (una casa de uralita, un poco pobre), pero me han ofrecido agua embotellada y hemos charlado durante más de una hora mientras las hijas pequeñas jugaban con una pelotita. En la puerta me esperaban una veintena de niños, que reían sin parar. El más pequeño me saluda "Hola, señor blanco!" y al contestarle "hola, señor negro!" todos han roto en carcajadas. Me han acompañado hasta la puerta de casa como si de una procesión se tratara.
Pues bien, creo que es suficiente por hoy. No quiero despedirme sin mandaros un fuerte abrazo y compartiendo una oración:
Sagrada Familia de Nazareth: enséñanos el recogimiento, la interioridad; dános la disposición de escuchar las buenas inspiraciones y las palabras de los verdaderos maestros; enséñanos la necesidad del trabajo, de la preparación, del estudio, de la vida interior personal, de la oración, que sólo Dios ve en lo secreto; Enséñanos lo que es la Familia, su comunión de amor, su belleza simple y austera, su carácter sagrado e inviolable.
Amén
(Paulo VI)
Amén
(Paulo VI)
Pozten naiz Lander!! Disfrutatu esperientzia!! Imajinatu dut zure mitica karkajada "hola señor negro" esatean y como siempre, por contagio de tu risa, me ha entrado la carcajada a mi!!
ResponderEliminarXAN
Un hogar sencillo pero rodeado d personas,por lo que cuentas maravillosas que se preocupan por ti,que comparten todo lo que tienen cntigo y que te han acogido cn los brazos abiertos!!!Un abrazo para todos,especialmente para ti!!!!
ResponderEliminarPor cierto!!!!!Soy Ana!!!!Jajajajajajajaja
ResponderEliminarMe alegro mucho Lander que tu acogida y recibimiento hayan sido afectuosos. Adelante con tu misión. Un abrazo muy fuerte. Silvia
ResponderEliminarA un hogar lo hace digno por la gente que lo habita no por como sea la casa... pero en este caso parece que se han congujado las dos cosas...que bien...y por lo que se ve te van a cuidar muy bien, que agradecidos debemos estar al Señor por todo lo que nos propicia. Un abrazo y otro para tu familia africana...Javier.
ResponderEliminarMe alegro mucho... un hogar muchas veces no depende de las instalaciones mejores o peores... depende de las personas que habitan en ella y en este caso veo que el ambiente que se a creado es maravillosa... aurrera!!! Besarkada bat!!!
ResponderEliminarNous sommes très heureux du fait que vous vous intéressez à la culture Sénoufo. En tout cas toutes nos félicitations et bonne continuation.
ResponderEliminarAlphonse et Issa.