Aprovechando que Alphonse tenía
un acto en la UCAO (Universidad Católica de África Occidental, única
universidad católica de este rincón del mundo), pues representaba al colegio
Sainte Elisabet, dirigido por las Hijas de la Cruz y que ha obtenido los
mejores resultados de todo el país en el BEPC (examen oficial que permite
acceder al instituto).
Aparcamos el coche en la misma
Universidad y le acompañamos al acto. Una fanfarrea nos recibe a la entrada.
Justo acababa de entrar el Ministro de la Educación para la entrega de diplomas
y certificados. Vendedores de diferentes editoriales exponen sus libros. Otros
colegios, de otras regiones de Costa de Marfil, exponen productos del país:
telas, aceites, collares… Alphonse me hace un bonito regalo: una Cruz, de la
región de Man (Oeste). Y es que… mi hermano Javier me regaló una cruz misionera
la última vez que nos vimos, en la estación de Chamartín de Madrid, pero un
buen día, volviendo del trabajo en moto, se ve que la cadena se rompió. Me dio
mucha pena, pues era una Cruz muy especial. Pero así es la vida…
Alphonse tenía que acudir al
acto, así que nuestro amigo Issa (que, aunque sea católico de familia
musulmana, significa Jesús en árabe) y yo, dirigimos nuestros pasos por una
ruta nada planificada por el barrio de Cocody de Abidjan.
A Cocody le llaman la “Neuilly à
la tropicale”, por su vocación residencial de alto standing. Durante los años
50, este barrio fue elegido para acoger los administradores y empleados administrativos
franceses y marfileños ricos. El Plateau, barrio administrativo y corazón de
las finanzas, se veía sobresaturado y sin terrenos debido al boom económico que
conocía la ciudad. Originalmente de clase media, Cocody se convierte por su
encanto en sede de las principales embajadas y residencias oficiales: la
cornisa hacia la laguna, una zona verde, con árboles y flores. Zona residencial
de blancos y burguesía marfileña, actualmente, ha perdido un poco ese encanto
que le caracterizaba por los robos generalizados en 2004 y el gran incendio del
mercado. A día de hoy, se le considera una zona “chic” con el defecto de ser un
barrio-dormitorio.
Pero volviendo… empezamos a
andar, como deambulando, sin saber bien a dónde dirigirnos. Al rato, vemos a unos
guarda-jurados. Nos fijamos y nos damos cuenta de que estamos en la sede
central de uno de los tres partidos más importantes de Costa de Marfil, el
PDCI-RDA (Partido Democrático de Côte d’Ivoire). Se trata del partido de
Houphouet-Boigny, primer Presidente de la República de Costa de Marfil. Nos
acercamos un poco a la entrada, pero el guarda-jurado nos exige unas monedas,
algo muy africano. Le respondemos que no tenemos monedas, y era verdad. Enseño
mi monedero vacío, y éste se va, un poco decepcionado. Unas bonitas
instalaciones, con un elefante de piedra en la entrada.
Seguimos la calle, con edificios
muy altos a ambos lados. Veo un kiosco donde pone “prensa internacional”. Me
acerco, pregunto si tienen “El País” (como entenderéis, no tendrán el Deia o
Noticias de Gipuzkoa), y me dicen que no. Miro un poco todos los periódicos y
solo tenían prensa de Costa de Marfil. Sonrío y seguimos hasta llegar a una
gran rotonda. A la izquierda, un montón de gente bien vestida. Se trataba de
una boda en la Iglesia del barrio: creo que se llama San Pablo. Como en
prácticamente en todas las parroquias de África, en esta también hay una
sencilla y bonita gruta para la Vírgen María.
Al salir, nos dirigimos hacia el
mercado, bastante destartalado y repleto de pequeños locales. Todos salían para
llamar tu atención, invitarte a entrar sin compromiso… Me recordó muchísimo al
Gran Bazar de Estambul, aunque en versión muy reducida. A la salida, una montón
de taxis amarillos (cada barrio de Abidjan tiene taxis de un color
determinado), aparcados de mala manera, sobre barro… Un caos!
Nuestro paseo continúa… Vemos
desde fuera la sede de la RTI (Radio-Télévision Ivoirienne), que estaba
rehabilitándose, ya que durante la crisis post-electoral de 2010, sufrió de lo
lindo. Justo al lado, casi pegado, una escuela de formación de periodistas, ISTC
(Instituto de Ciencias y Técnicas de la Comunicación). Nos acercamos a otra
zona comercial. Mujeres al borde de la calle, vendiendo sus pocos productos,
entre los que había cacao, caracoles de mar, otras cocinaban, niños comiendo… Y
justo enfrente, el allocodrome, un gran espacio donde se come alloco (plátano
dulce, que se come en cuadraditos calientes).
Y de esta manera, volvemos hacia
la UCAO, mientras pasamos delante de diferentes embajadas y grandes edificios
de estilo soviético (curioso, pues Côte d’Ivoire nunca fue un país
pro-soviético), algunos llenos de mugre, con vallas publicitarias (al loro: un
edificio muy sucio anunciaba el jabón OMO…).
Un bonito paseo, sobre todo en
buena compañía, en uno de los barrios más famosos de Abidjan. Y para rematar,
nada mejor que una comida, al borde de la carretera, en fraternidad, para
reponer fuerzas.
Kaixo Lander! Zer moduz? Oraingoan ere, artikulu interesgarria! Azkenean idazten duzun guztiarekin gehiago jakingo dugu Afrikaz, gure ingurukoaz baino. Muxu handi bat
ResponderEliminarAberasgarria benetan! orain arte idatzi duzun guztia bezela! horrela jarraitzen baduzu ez da munduan paperik geratuko bizitutako guztia liburutan inprimatzeko.... Muxu!
ResponderEliminarAupa Lander!!! Muy interesante lo que escribes, tu forma de escribir me gusta y las fotos siempre mostrandonos los detalles... Eskerrik asko!!! Besarkada haundi bat!!! Bixen.
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