¿Quién puede ser este hombre? ¿A qué se dedicará?
Abidjan, capital económica de
Costa de Marfil. Abandonamos la comunidad de betherramitas de la localidad de
Youpougon, donde nos hemos alojado varios días y tomamos una de las autopistas
internas de esta caótica ciudad, que multiplica por siete la extensión de la
ciudad de País. A la altura de la salida de Adjamé, algo nos llama la atención:
al borde de la carretera, un montón de ropa esparcida por el césped, ropa de
mil colores, adornando las vistas. Efectivamente, nos encontramos ante un
verdadero espectáculo: los lavanderos del Banco.
La palabra “fanico” significa, en
lengua dioula, lavandero. Estos dioulas, etnia nómada muy presente en todo el país,
se refugian en el punto de encuentro entre la Bahía de Banco (al oeste, una de
las diferentes bahías de Abidjan) y el Parque Nacional del Banco. Se trata
probablemente de uno de los mayores espectáculos de toda la capital, pues se
puede considerar como una gran empresa a cielo descubierto. Estos fanicos
tienen la reputación de lavar la ropa mejor que cualquier tintorería.
Su actividad responde a un ritual
bien preciso: cada mañana, durante el alba, cuando los primeros pájaros del
Banco empiezan a cantar, se van al barrio de Abidjan que les corresponde ese día
para, horas más tarde, volver a su lugar de trabajo. En fila india, con enormes
baldes cargados de ropa. Entran al río, y con el agua hasta las rodillas,
sumergen la ropa en el agua, le aplican jabón y la frotan vigorosamente sobre
su “plan de trabajo”, es decir, sobre una gran piedra lisa o montículo de
viejos neumáticos.
La ropa lavada de esta manera se
extiende sobre todo el césped –o cualquier lugar que estimen oportuno- que
rodea el río. El calor disuade a las larvas de venir y poner sus huevos.
Una vez seca la ropa, ésta es
planchada con unos hierros muy calientes, pues éstos están rellenados de brasas
incandescentes.
Las mujeres se encargan de la fabricación
del jabón, un jabón que se comercializa (de hecho, se puede encontrar en algún
comercio la marca “Fanico”). ¿Cómo hacen este jabón? Calientan durante muchas
horas aceite. Una vez solidificado cortan bloques de un kilo y se venden a los
lavanderos. El jabón negro, fabricado
con aceite de palma, es utilizado para la ropa muy sucia y resistente. Sin
embargo, el jabón blanco, mezcla de potasio con aceite de cacao, se utiliza
para la ropa delicada.
Al anochecer, cuando el sol
comienza a ponerse, los Fanicos recogen la ropa limpia, seca y doblada y van al
barrio correspondiente para entregar el pedido. Lo más llamativo es que las
diferentes prendas no tienen ningún distintivo, pero los fanicos no se
equivocan nunca.
El trabajo para estos lavanderos,
la mayoría provenientes de Mali, Guinea, Níger y sobre todo Burkina Faso, no
es, como pudiera parecer, anárquico. El Sindicato de los Lavanderos del Banco
es una corporación que los protege y les impone un código de conducta y trabajo
muy riguroso. Por otro lado, atribuye a cada miembro del Sindicato un
emplazamiento para lavar prendas y un espacio verde donde hacerlas secar. Es un
sistema efectivo, pues no respetar las reglas impuestas por el sindicato supone
perder su espacio de trabajo y verse excluido ipso facto de esta confraternidad
de lavanderos!
Los lavanderos del Banco, la
mayoría musulmanes, trabajan 12 horas al día, 363 días al año. Sus únicos dos
días de descanso son la fiesta de Ramadán y la de Tabaski. Y sin embargo, su
jornal (son jornaleros, cobran al día) es irrisorio en comparación al trabajo
que supone. Y si a ello le añadimos que cada mes han de pagar una tasa al
ayuntamiento y una segunda tasa al sindicato para el fondo de solidaridad de
los fanicos…
Resulta una actividad
completamente llamativa a los ojos de un blanco, de un occidental. Más
llamativo aún ver cómo un hombre trajeado y con corbata se para en coche y
entrega sacos de ropa sucia a estos fanicos. Como os podréis imaginar, el que
me recibió exigió “una participación” para permitirme entrar y tomar algunas
fotos. Era de tarde, por lo que no pudimos ver a todo el mundo lavando. Pero lo
que vi ya era chocante: una zona totalmente pobre, con niños en el agua, unos
pescando, otros jugando… en un agua no precisamente limpia. Al fondo, unos
enormes sacos blancos de ropa sucia, mujeres abriéndolas, hombres vigilando
cómo la ropa de sus clientes se seca… y todo esto al lado de la carretera!
Ahora os lanzo una pregunta: ¿qué
es lo que más os choca?
Esto es África, amigos y amigas,
siempre dispuesta a sorprenderte, para bien y para mal. Nunca deja indiferente.
Hola lander!me gusta mucho lo que escribes y que sepas que no me he perdido ninguno...aunque no me gusta mucho esto de comentar..que sepas que tus amigos estamos muy orgullosos de lo que haces.un besazo.miriam
ResponderEliminarAupa Lander!!!
ResponderEliminarComo siempre sorprendente... curioso... alucinante... preguntas que es lo que mas choca al ver todo esto... pues, sinceramente, que toda esa ropa salga limpia despues de "lavarlo" en ese rio, charco... y esos montones de ropa... que pasada...
Me encanta como escribes y las fotos que pones!!! Besarkada haundi bat!!! Bixen.
yo estoy con Bixen tiene que ser sorprendente que de esa agua salga la ropa limpia,hombre mas limpia de lo que iria ya estara pero......
ResponderEliminarKaixo Lander! Ikaragarria, zenbat arropa! Zer esanik ez, ur hortatik garbi ateratzea, argi dago oso xaboi ona egiten dutela! Eta gero hainbeste arropen artean jakitea soilik norena den... Alucinante!!! Oso artikulu interesgarria, nire Bi bitxitoen arropak garbitzeko halako xaboia anhelo nuke!
ResponderEliminarMuxu handi eta goxo bat...
La verdad que es sorprendente que salga limpia la ropa de ese agua pero en mis tiempos tambien despues de lavarla en casa la poniamos al verde en el campo y con el sol y la regabamos algunas manchas desaparecian en la ropa blanca, es que soy muy mayor. Un besote grande tu vecina Ana
ResponderEliminarNere amak ere zelaian jartzen du arropa txuria!!! baina ur hortatik garbia ateratzea..... muxu!!
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