lunes, 19 de agosto de 2013

FAKAHA, ARTE SOBRE TELAS DE ALGODÓN.


¿Qué están mirando estas niñas?

Fakaha, viernes 16 de agosto de 2013.

Fakaha es una pequeña aldea a 5 kilómetros de Napié (a una quincena de Korhogo). Tras cruzar el "corridor" policial a la salida hasta Napié, el asfalto permite que en 15 minutos estemos entrando en Napié. Pero tras adentrarnos en esta ciudad (aunque en Europa una localidad de éstas características no poseería el título de ciudad), el asfalto desapareció por completo, dejando ante nosotros una pista de tierra irregular, llena de desniveles y agujeros llenos de agua. Tuve que demostrar mis habilidades como conductor con el Peugeot 205. Los 15 kilómetros se recorrieron en 15 minutos, pero los otros 5... ¡en media hora o más! En el trayecto, muchas mujeres a pie con recipientes en las cabezas, dirigiéndose al mercado de Napié, en busca de productos que no cultivan y, de paso, vender alguna hortaliza de su tierra.

Llegamos a Fakaha, una aldea cuyo centro no pasa de la veintena de casas o casetas hechas de arcilla y paja. Oímos a una niña gritar con todas sus fuerzas, y al instante, un montón de niños salen de entre las casas y árboles, gritando y agitando las manos. Tras aparcar, saludamos a los lugareños, en su idioma. Señal de respeto y reconocimiento. En cuanto me oyen decir las cuatro palabras que conozco de Senufo, se alegran, me estrechan la mano con sus dos manos y chocamos nuestras sienes. Es el saludo típico y tradicional: chocar las sienes, izquierda-derecha-izquierda, como símbolo de reconocimiento, bienvenida y voluntad de compartir la sabiduría.

Cerquita, una decena de "appatames" (patios redondos y techados). Dentro había personas, inmersos en una actividad que me disponía a descubrir. 


Todas estas appatames son el lugar de trabajo de algunos lugareños, y entre todos forman una cooperativa que ha recibido financiación para construirlas, con el objetivo de preservar esta artesanía local: "Les toiles de Korhogo". Por cada producto vendido, el vendedor debe revertir el 10% a una caja común para que todos dispongan de algo de dinero y poder así sobrevivir. 


Pues bien, entremos en el meollo de la cuestión. Estos artistas trabajan de la siguiente manera.

Solo los hombres pueden confeccionarlos. Pero estos hombres no podrían trabajar sin las mujeres, que son las encargadas de realizar bandas y bandas de algodón. 


Con este algodón, las mujeres realizan las bandas, las telas que serán cosidas para poder dibujar sobre ellas. Un trabajo que a primera vista relega a la mujer a un segundo plano, pero... ¿Acaso podrían dibujar sin la participación de ellas?

Tras coser las telas, de modo siempre horizontal y alcanzado el tamaño del soporte, comienza el arte en estado puro.


Y os preguntaréis, ¿de dónde sacan la tinta? Es una tinta creada a base de cocción de las hojas de un determinado árbol que se encuentra en los Bosques Sagrados, considerados como bosque primitivo, jamás blasfemado, donde se realizan ritos secretos, como el Poro. Solo los hombres iniciados al Poro pueden entrar al Bosque Sagrado, por lo que solo ellos conocen qué hoja es. Se machaca con un gran mortero y se cuece, hasta obtener un color marrón casi negro. Con esta tinta, se trazan los márgenes del dibujo.

¿Qué suelen representar? Pues muy sencillo: su propia realidad, momentos de la vida cotidiana, de la vida social, de sus mitologías y creencias, la naturaleza... pero también motivos abstractos. Es en Fakaha donde se alojó Picasso por un tiempo y donde se inspiró de diferentes formas geométricas antes de iniciar su etapa cubista. 

Es curioso los instrumentos que utilizan. No hay pincalas. Actualmente usan cuchillos para dibujar las formas, pero en tiempos pasados utilizaban pequeñas ramitas y tronquitos.



A continuación, rellenan los dibujos con la misma tinta y dejan la tela al sol para que se seque. A medida que se seca, el dibujo va tomando un color marrón claro. Generalmente, los colores con los que juegan son el blanco y el negro, pero también marrón, verde, rojizo y amarillo. Para ello utilizan las plantas que disponen en sus campos y tierras.

El siguiente y último paso es el más curioso. No solo curioso, sino que ellos dicen que es místico. Aquí en África Occidental hay una bebida casera que toman los lugareños, se llama "Tchapalo", muy picante y alcoholizado levemente. Una especie de cerveza a base de sorgo rojo. Pues cuando cuecen el sorgo, a media ebullición, recogen un poco para utilizarlo en el arte que estoy describiendo en el post. 

Volviendo a las telas... Mojan una pequeña esponja en ese líquido y la pasan por la tela. La reacción es sorprendente: el marrón se convierte en negro y la tinta se solidifica en la tela. Y no solo eso, sino que ese líquido no ensucia la tela blanca. ¿Serán los genios en el que los Senufos creen? Y además, si el dibujo es negro, se puede meter en la lavadora, que no pasa nada! (Siempre y cuando no se utilice lejía).


Y con esto la tela queda finalizada. Otra obra de arte, verdad? Arte del País Senufo...












Espero que os haya gustado tanto como a mí la visita que realicé. Wapie gniena! Gabon! 

5 comentarios:

  1. me a encantado,fantastico y muy ludico

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  2. Kaixo Lander! A ze lan polita, ikaragarria! Zenbat gauza dituzten afrikarrak erakusteko! Muxu handi bat

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  3. Oso interesgarria Lander!!! Asko ikasten hari gara... eskerrik asko!!! Besarkada haundi bat!!! Bixen.

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  4. Detrás de un gran hombre... Lan bikaina Lander! Marrazkiak asko gustatu zaizkit! Artistak! Muxu!!!

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  5. Interesante el articulo, y muy bonitos los dibujos de los telares!! Pero a mi me flipan los niñossssssss, son una potxolada :) !!! Muxus Landertxo
    Piluka

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Me comentáis la noticia? Gracias!! Eskerrik asko! Focheena!