En la cruz está la vida y el consuelo, y ella sola es el camino para el cielo.
En la cruz está "el Señor de cielo y tierra", y el gozar de mucha paz, aunque haya guerra. Todos los males destierra en este suelo, y ella sola es el camino para el cielo.
De la cruz dice la Esposa a su Querido que es una "palma preciosa" donde ha subido, y su fruto le ha sabido a Dios del cielo, y ella sola es el camino para el cielo.
Es una "oliva preciosa" la santa cruz que con su aceite nos unta y nos da luz. Alma mía, toma la cruz con gran consuelo, que ella sola es el camino para el cielo.
Es la cruz el "árbol verde y deseado" de la Esposa, que a su sombra se ha sentado para gozar de su Amado, el Rey del cielo, y ella sola es el camino para el cielo.
El alma que a Dios está toda rendida, y muy de veras del mundo desasida, la cruz le es "árbol de vida" y de consuelo, y un camino deleitoso para el cielo.
Después que se puso en cruz el Salvador, en la cruz está "la gloria y el honor", y en el padecer dolor vida y consuelo, y el camino más seguro para el cielo.
R. D.-
Vuelvo sobre un punto sobre el cual has insistido : « la vida
cristiana es complicada”. He escuchando muchas veces, por boca de musulmanes
“La vida del cristiano es sencilla: se puede beber alcohol, la misa no dura
tanto… Nosotros tenemos cinco rezos al día, el Ramadán, etc.”.
D. C.- He tenido muchas conversaciones con
padres.
Me dicen: “sí, eso es porque quieres
beber, comer cerdo… por eso te has vuelto cristiano”. Les contesto: “cada uno
defiende su religión, su causa, pero tengo que deciros que el que conoce
verdaderamente la religión cristiana, que busca a profundizar en ella,
encontrará que lo más complicado de una religión no es beber y comer cerdo,
sino cambiar el curso de su vida. Eso es lo realmente complicado. Y hay
cristianos que no comen cerdo, pero el que conoce bien la religión cristiana os
dirá que no es eso lo más importante”.
Un día, en mi aldea, donde no había aún ni
un solo cristiano, tuve conversaciones con musulmanes sobre la religión
cristiana. Me decían: “eso no es una religión! Los cristianos beben y los
musulmanes no, por eso Dios los defiende”. Les contesté “lo que acabáis de
decir, que la religión musulmana es mejor, no diré que no lo es, pero ¿acaso no
hay no bebedores que desobedecen a Dios? Jesús dijo que es lo que sale de
nuestra boca lo que ensucia al hombre, pero lo que entra al interior no
ensucia. Y Dios dijo que no veremos la Salvación solo por llamarle Señor, sino
haciendo su voluntad. Antes criticaba la religión musulmana, pero el día que
escuche esta palabra, dejé de hacerlo”.
Para mí, lo más duro es cambiar el curso. Cambiar
de vida. Hay también cristianos que dicen que la vida cristiana es sencilla,
pero no han entendido absolutamente nada. ¿Acaso nosotros, cristianos, somos conscientes
del compromiso que tomamos con nuestro Bautismo? La vida cristiana exige
siempre un combate. He hablado de amuletos, pero eso es agua pasada, pero
cuando superé aquello, tenía delante de mí otras dificultades.
R.D.- Si no es indiscreción, ¿cuáles son tus
dificultades actualmente?
“He sido tentado
de correr hacia el dinero”.
D.C.- Aunque sea indiscreto, no tengo
ningún motivo para no decírtelo. Es el problema del dinero. Pasaba mucho tiempo
en el campo, me adaptaba a la vida rural, veía que la gente corría menos hacia
el dinero. Pero cuando volví a Korhogo, he estado tentado de hacerlo, y al
mismo tiempo que sufrí esa tentación, tuve una reflexión sobre el materialismo:
“quiero tener dinero como lo tienen los demás, pero ganando dinero, ¿estaré satisfecho?”.
Antes de venir a Korhogo, hice construir
una casa que puse en alquiler y aquello me daba un poco de dinero, y ya me
preguntaba si estas casas serían útiles en mi vida. Hacía esta reflexión: “no
tengo que regalar estas casas, pero tengo que alquilarlas a un precio más
barato”. Porque un día vimos cómo destruían casas en Abidjan y la gente quedaba
sin techo bajo el cual vivir. Un sacerdote rodó una película y su conclusión
fue que el que acoge a un hermano está sirviendo a Dios. Por lo tanto, me comprometí
a poner un alquiler más asequible, pues no es el dinero el que arreglará los
problemas del hombre. Hacía esfuerzos por borrar esta idea de materialismo de
mi cabeza. No digo que no sea útil, que lo es, pero no quiero dedicar tiempo a
pensamientos como éste.
“Dios se ríe de mí cuando hago cálculos”.
R. D.- Es normal que el dinero sea una
preocupación.
D. C.- Sí, pero soy demasiado estricto,
hago mis cálculos: “¿y mi dinero, dónde entra?”. No quiero perder cinco francos
sin saber a donde han ido. Y es así cuando hago otra reflexión: “este dinero
que busco con tanta precaución, ¿es necesario en mi vida?”.
R. D.- Organizabas un presupuesto
conjuntamente con tu mujer ?
D. C.- Antes, ¡jamás! Es el pasado mes que
tomé la decisión. Antes, decía que el dinero era tan precioso y tan valioso que
hay que saber dónde entra, que hay que prever el futuro de los niños. Pero
tuve otra reflexión: “Es que solo el dinero permite prever el futuro?”. Pensé,
lo oraba, y me dije: Dios se ríe de mí cuando hago cálculos. Puede decir: “mañana morirá”.
Esta reflexión me ha empujado a buscar cómo
utilizar el dinero de una manera correcta, cómo compartirlo con la gente, con
mi mujer en especial. No es sencillo, no es una decisión tomada de la noche a
la mañana. Gracias a Dios, he tenido el valor de confiarlo todo en la oración.
Cuando una idea ronda y agota mi cabeza, rezo. No digo que gracias a la oración
se harán milagros, pero cuando estoy triste o cuando dudo, me confío a Dios y
casi siempre encuentro la respuesta. Es lo que me ha ayudado a dejar de pegar a
mi mujer, de gritar a las personas.
«Si me
vanaglorio… »
R. D.-¿Desde cuándo tienes esa
sonrisa ?
D C.- Mi sonrisa actual no es de hace
mucho. Falsas sonrisas o sonrisas de amor no son iguales. Sonreía antes, pero
no es la misma sonrisa que la de hoy. No puedo evaluar y hacer comprender los
grandes cambios que la religión ha hecho en mí. ¡Y a veces siento vergüenza! Creo que cuando digo esto, me vanaglorio,
cuando en realidad no ha venido de mí, sino que ha sido un producto de Jesús.
R. D.- No te vanaglorias. Das testimonio
de lo que Jesús ha hecho en ti.
D. C.-
Aprendí a enseñar mi salario a mi mujer. Le dije: “mira, aquí tienes. Si
necesitas cualquier cosa, lo que quieres dar a tu madre, lo que quieres hacer…
aquí tienes el dinero”. Ella me contestó:
“Ah! Pero si no soy capaz de gestionarlo! Guárdalo y te pediré a medida que vaya
necesitando », a lo que repliqué “Ahora sé que el dinero que gano, es como
si hiciéramos el mismo trabajo. Es para los dos.
Puedes aconsejarme incluso, cómo compartirlo con la familia”. Porque trabajé
cinco años sin pensar en mis padres. Solo quería construir, quería que mi vida
fuera para mí. Después, sentí que haciendo eso, no podía garantizar mi vida.
Garantizarla solo vendría compartiendo. Incluso se dice tradicionalmente, pero
no hay valor de hacerlo sin Fe.
En este momento, me quejo de mí mismo y
envidio a las personas de Fe. Y quiero decirte algo muy importante: hay que
tener en cuenta cómo hemos sido ayudados para abonar la Fe, porque la Fe exige
un trabajo. He visto vivir a un sacerdote: viendo su ejemplo, no acertaba yo a
resistir delante de un enfermo que sufría, sn buscar un medio con el cual
salvarlo. Viendo a este sacerdote, me comprometí con la JAC (Juventud Agrícola
Cristiana).
“He caído en la tentación de juzgar a los
demás”.
Cuando fui bautizado, empecé a tomar
conciencia del cambio que se requiere para seguir a Jesús, pero al mismo tiempo
caí en la tentación de juzgar a los demás. Los juzgaba erróneamente, olvidando
a menudo lo que me tocaba hacer por mi parte.
R. D.- ¿Has encontrado no-cristianos que
te han ayudado?
D. C.- Hay personas que me han ayudado a
juzgar menos. Hablaba mal de la religión musulmana, sobre todo de sus
costumbres. Decía que costumbres como el Poro (conjunto de ceremonias iniciáticas
que hacen pasar al joven Senufo de la infancia a la edad adulta) solo servían
para hacer el mal y crear miedo, o que la religión musulmana era excesivamente
humana. Los musulmanes viven mal, envenenan… Pero un día (no de repente, sino
que fue otro proceso), me pregunté: “acaso soy digno de juzgar? Acaso soy
perfecto? No… He escuchado que Dios ama a los pecadores, por lo que no me
corresponde juzgar a estas personas, pues yo también soy pecador. Y veo
personas que no son cristianas que hacen la voluntad de Dios”.
Un ejemplo: coincidí con un joven musulmán baoulé en Bouaké, durante unas prácticas de trabajo. A las 5 de la mañana, se
levantaba y rezaba. Cuando terminaba de rezar, esperaba a que los demás
salieran para poder ducharse y hacía sus camas. Cuando ve unas sábanas sucias
de un compañero, lo retira sin decir nada y se va a limpiarlo inmediatamente. Más
tarde, me dijo: “perdóname, he visto que tenías las sábanas sucias y las he
limpiado”. Era más fuerte e inteligente que los demás, pero al hablar con un
amigo, se hace pequeño, respeta a los demás. Si la habitación está sucia, la
barre. En el comedor, es el último que empieza a comer: decía que si alguien
viene con retraso y que no tiene plato, “le daré el mío”.
¡Qué lección más maravillosa! Yo, que soy
cristiano, ¿HAGO LA VOLUNTAD DE DIOS? Dios actúa en los musulmanes y en todos
los demás: se sirve de ellos para convertirnos. A día de hoy, me esfuerzo en
juzgar menos y en condenar menos.
- FIN -
"No soy yo el que vive, sino que es Cristo quien vive en mí" (Ga 2, 20).
Cuando superé esta etapa vino otra más
difícil. Para mi sorpresa, se presentaba otra lucha, una lucha contra mi propio carácter.Cuando escucho la palabra de Dios, me
quedo triste a menudo, porque quiero cambiar y no lo hago.Pecados como, por ejemplo, no respetar
a alguien. Los golpes eran la costumbre, no era pecado dañar el alma de su
compañero. Ni el alma ni el físico. En nuestra cultura, como regalo de boda, se
entrega un bastón al marido para que lo utilice contra su mujer si ésta no
obedece al hombre.Sin embargo,
compartirlo con la gente es muy difícil. Yo no era ese personaje.Cuando oigo la palabra de Dios o la
leo, veo que Jesús no enseña nada más que el amor al prójimo.
RD- ¿Ya estabas bautizado?
DC- Sí.Se
convirtió en otro sufrimiento... Mi esposa no estaba bautizada.
RD- ¿Te casaste antes de su bautismo?
DC- Sí, y no podía pasar una semana sin
golpear a mi esposa.Para mí,
ella no debía hablar, no tenía en cuenta lo que hacía, lo que opinaba, lo que
quería.
RD- ¿Así eras a pesar de la sonrisa que
tienes?
DC- Nunca sonreía, mi esposa lo puede
atestiguar, e incluso Michel.Ellos
saben qué vida llevaba, una vida muy difícil para mi esposa Kohotiéri.Y no fue con mi esposa solo, sino con
todos los que vivían conmigo.Yo
era un hombre que buscaba controlar, ser el más fuerte, decir barbaridades…
Pero cuando leía la Biblia, me daba cuenta
de que lo que hacía no estaba bien.También
veo que de nada servía ir a la iglesia a rezar sin tener en cuenta nuestra
actitud.Pero ¿cómo cambiar?Me resultaba tan complicado!Oraba para que Dios me diera la gracia
y la valentía que necesitaba. Confiaba en Dios."Yo rezo, pero nada cambia".
A veces me rendía, “no merece la pena, nada cambia. Me privo de muchos placeres
pero siempre vuelven las mismas tentaciones”. Tengo que reconocerlo: estuve a
punto de tirar la toalla, pues no hacía más que sufrir, no cambiaba nada.
Incluso me acerqué de nuevo al Islam. A
menudo leía el Corán en francés, y veía actitudes mucho más humanas en el Corán
que en las palabras de Jesús.
"Una pequeña conversión"
Entonces me dije: "Solo hay un
Salvador, y voy con él,incluso
con mi mal genio". También vi la gracia de Dios: cuando ya no tenía fuerza
para orar, sentí un cambio.Podía
escuchar y aceptar las cosas que no aceptaba.Lo
que puedo decir es que gracias a la religión era consciente de mi condición humana, que
tenía muy mal genio.Golpear a
alguien para hacerle daño, no era un pecado para mí.Mi esposa ha sufrido durante mucho
tiempo.Pero sentí un cambio en
mi corazón, he aceptado algunas cosas con las que no estoy de acuerdo.Hablé con Michel y me dijo:
"Parece que la oración es realmente eficaz: en este momento siento que hay
cosas que aceptas en casa".
Mi esposa se dio cuenta… pero nunca le
obligué a ser católica. No debía hacerlo si en su corazón no lo sentía.
RD – ¿También viene de una familia
musulmana?
DC- Sí, éramos casi de la misma familia.Su padre y su madre son musulmanes.
“Mi mujer no entendía nada”.
Ella sentía mi cambio, pero no lo
aceptaba. Pensaba que era una forma de hacerle la pelota, no entendía nada.
Cada vez que la llamaba para dialogar sobre cómo resolver conjuntamente un
problema, no venía. Me decía “Pero todo lo que dices es eso: yo no puedo decir
nada”. Tenía miedo a expresarse, porque hasta entonces no la dejaba hablar
conmigo de una manera abierta. Ahora aprecia mi cambio, mi conversión, pero le
resultaba muy complicado entender el por qué de mi conversión.
Por lo menos, he tenido el valor de
decirle: “Sé que en la sociedad en la que vivimos, la mujer es inferior al
hombre, pero siento la necesidad, según mi Fe, de ser tu igual. Sé que no has
entendido bien todo esto…”. Efectivamente, en la tradición senufa, cuando un
hombre se muestra muy simple y flexible con su mujer, la mujer cree que lo
posee. En el subconsciente social, hay mujeres que dan pequeños venenos a los
hombres. Una mujer de este estilo cree que ha tomado la delantera gracias a ese
veneno, que ha arrodillado al hombre. Le dije a mi mujer: “Mira, no se trata de
eso. Me comportaba de manera repugnante contigo y no me daba cuenta. Siendo
católico, quiero cambiar de verdad, pero me resulta complicado. No puedo
asegurarte que nunca más te pegaré, enfadarme contigo o decirte algo feo, pero
créeme que siento que tenemos que ser iguales. Si ves que te llamo para
compartir ideas, es por eso. No tengas miedo, no es una trampa que te tiendo,
pero lo hago gracias a mi Fe”.
Me respondió: “Te entiendo, pero me
resulta complicado a mí también decirte: este es mi punto de vista!”. Le dije
que no la quería forzar, pero tenía que saber que ahora había un cambio. “Tú
puedes ayudarme a cambiar. Si un día te monto historias, has de tener el coraje
de decirme ‘¿y lo que me dijiste qué? Lo dijiste en nombre de tu Fe, en nombre
de Jesucristo, que quieres cambiar. Me has pedido ayuda y eso es lo que hago
hoy!’”. No me lo ha dicho nunca, pero a veces vuelven esas tentaciones… Pero
tomé una decisión, aunque no pude parar de un día para otro: ella ha continuado
sufriendo, pero menos, porque cuando doy un mal paso, me doy cuenta de que
estoy traicionando a Jesús.
“Si pego a mi
mujer…”.
Vuelvo sobre otro aspecto. Un día, en
misa, el cura dijo: “El que hace daño al prójimo, es como si crucificara a Jesús”.
Y pensé “Si pego a mi mujer… estoy pegando a Jesús”. En ese punto, respecto a
mi mujer, he hecho un gran esfuerzo para cambiar.
Un día, mi mujer me dijo: “Me quiero
apuntar. Quiero ir a catequesis”. Le contesté: “Pero si no te obligo! Si
quieres, puedes ir a inscribirte, pero has de saber que la vida cristiana es
muy complicada. A menudo, no pego ojo al lado tuyo sin que te des cuenta. Al
final del día, pienso en lo que he hecho, lo que no he hecho bien, y sufro de
verdad! No se lo digo a nadie, pero sufro, pues quiero cambiar y no llego del
todo. Si quieres apuntarte, perfecto, pero tienes que saber que sufrirás, habrá
cosas que te choquen”. Y dijo: “Vale”. Se fue y se apuntó.
Tres
años después, se bautizó, en 1975. Las fechas no son precisas, pero quiero
decir que el camino es largo.
... CONTINUARÁ ...
Y como regalo, un momento mágico que vivo todas las semanas y que hoy mismo he grabado:
De repente, algo me chocó.Dios es bueno, como dijo Jesús, así
que lo que no hace daño es lo que Dios quiere, por ejemplo, los amuletos, la
tradición... Porque nosotros, los Senufo - no tengo miedo de decirlo – también tenemos
miedo.Incluso nuestros padres
musulmanes no pueden confiar únicamente en Dios sin hacer sacrificios,
adoraciones, hacer preguntas a magos (les marabouts)…Es
muy difícil.
RD- ¿De qué tienes miedo?
DC- A la muerte, al envenenamiento, a los
celos, a los malos espíritus.Creemos
que vienen a hacernos daño.A
veces, tenemos miedo de los sueños, creemos que los manda un genio, el genio de las
aguas estancadas o el del arbusto...Así
que tenemos que interpretarlos para anticiparnos a los peligros, encontrar formas de
abordarlos y espantarlos por medio de sacrificios.
Seguía leyendo y entendí que Dios puede
hacer cualquier cosa por quien realmente cree en Él: es más fuerte que Satanás,
pues expulsaba a los malos espíritus de los endemoniados, sanaba a los ciegos.En la Biblia se dice que Dios es más
fuerte que cualquier otra cosa.Eso
me marcó mucho, y pensé en esos amuletos que llevaba conmigo, que me protegían. ¿Por
qué he de tirarlos?No hago
daño a nadie, no mato a nadie, es sólo para mí, para protegerme.Puedo seguir rezando e ir a la iglesia
con ellos.
Pero un día fui a la iglesia y a la salida
estaba conmocionado. Me dije “cuando vengo delante de Jesús con estos
amuletos, ¿cómo me ve? Sé que no quiere que le adoremos con falsos dioses y sé
que estos amuletos, como dice la Biblia, son cosas naturales, fabricados por el
hombre. Es Dios quien hizo al Hombre y éste, por su inteligencia, fabrica cosas
para protegerse. ¿Es normal que adoremos cosas como adoramos a Jesús?”. Sé lo que sentí en mi interior, pero no puedo explicar con palabras cómo he sentido eso.
RD- Has dicho: "eso me marcó".
D C. - Un shock, pero no puedo explicar lo
que sentí.Durante la mayor parte
de la semana me tenía inquieto.El
domingo siguiente, me quedé pensando en quitarme eso de encima, pues
estas cosas no me pueden servir si confío en Jesucristo.Pero, ¿cómo rechazarlos, si todavía
les tengo miedo?Si los echo, me
traerá mala suerte, caeré enfermo, no estaré protegido contra los malos
espíritus... Entonces me digo a mí mismo: "Si creo, Jesús me protegerá”.Me hacía preguntas de ese estilo.
El domingo siguiente, llevé los amuletos para
la oración y le pregunté a Michel qué podíamos hacer.Él dijo: "Depende, es muy
complicado.Mientras no tengamos
fe, no se pueden tirar todas las cosas que nos protegen, pero siempre se debe
orar a Dios: tal vez te ayude un día”.Oré,
pero fue muy difícil tomar la decisión... Tenía miedo. Quizás me animara
algún día.
Una larga lucha
RD-¿Cuándo fue eso?
DC- Fui bautizado en 1974 y sería 1969, cuando empecé a pensar en tener amuletos y fetiches. Fetiches, realmente tenía
muchos y cuando me pasaba algo, creía que me protegían, incluso a través de los
sueños.Pero me decía:
"Jesús es más fuerte que los fetiches, fabricados por los hombres y sé que
sus poderes vienen de Satanás, porque no son capaces de hacer el bien”.Decir que los fetiches no tienen
ningún poder… tenía miedo. He de reconocer que llevaba esos amuletos escondidos
hasta mi bautizo. Quería deshacerme de ellos. Pedí
consejo a Michel. Me dijo que si tenía miedo de tirarlos así como así, que podía
echarles un poco de agua bendecida y ya está. Y eso es lo que hice.
Más fuerte que el
otro fetiche
Pero tenía un fetiche que no podía tirar.Era un padre que me había dado y era
el más poderoso.Pensé: este
fetiche no puede salvarme, porque el hombre, independientemente de sus
conocimientos, no puede resistirse a la muerte, y tras la muerte ya no hay
fetiches, no tienen poder, no sirven para nada: solo te encuentras frente a Dios.
Eso también me llevó a un estado de shock.Un día decidí: lanzaré este fetiche.Y cuando se me ocurría la idea, no
podía dormir.Primera, segunda,
tercera noche… Un día me desperté de noche y me pregunté: "Bueno, Dios,
por lo menos sé que soy débil. Tenía muchas ganar de deshacerme de él". Pero le
temía. Aún así, me armé de valor: en
el nombre de Jesús, con agua bendita, mato la fuerza de este fetiche y le pido
a Dios que me de fuerza para que no tenga miedo nunca más. Me llevó meses
perder el miedo a ese fetiche. Rezaba muchísimo. ¡Como el sacrificio de Jesús
no hay nada!
Todavía tengo momentos de miedo: tiré mi
favorito, ¿qué pasará después?Me
dije: "¡Ya está bien!Sé que
Dios es más fuerte, Jesús es poderoso, y si siento miedo, le rezaré". No tengo ninguna duda: la oración es el único arma cristiana.
"Tuve valor de decírselo a mis
padres"
He tenido el valor de decirlo, incluso a
mis padres: "No voy charlatanear y a hacer adoraciones, pero eso no quiere
decir que no pueda obedecer: si la familia ha de hacer algo de la manera
tradicional, participaré, pero que sepan que no le doy importancia".
Por ejemplo, si mi madre me dice:
"Voy a hacer adoraciones, a hacer un sacrificio, ven conmigo", no me
niego, sino que le acompaño y voy, pero una vez le dije: "Bueno, yo no creo en eso. Sé que
Jesús nos ha cambiado todo.Lo
que ofrecemos a Dios como un sacrificio, es el Pan, en el que sabemos que Jesús
ofreció por nosotros, en misa confiamos a Dios todo lo que pensamos.Por lo tanto, lo que hace, lo hace de
acuerdo a su fe, les acompañaré como miembro de la familia, pero yo no me lo
creo".
RD - ¿Cuál fue la reacción de tus padres?
DC- Siempre decían: "No te podemos
obligar, eres adulto”. Yo había descubierto algo importante: aunque no
creía ya en nada de eso, como católico, el respeto a la familia era un valor a mantener. Si tenía que acompañarlos
a algún rito, lo hacía, si tenía que matar un pollo o dar dinero o cola a
alguien, lo hacía. Pero no creía en su poder.
Dramane - (Abd ar-Rahman: servidor del Misericordioso) - recibió el nombre de
Daniel cuando se convirtió al cristianismo. EsSenufo, (grupo étnico importante en el
norte de Costa de Marfil caracterizado por la fortaleza de su estructura
tradicional).Forma parte de un
equipo de animación rural, cuyo objetivo es garantizar que el agricultor sea
responsable de su propio futuro.También
es catequista y vive en Korhogo.
"Podemos
presumir de haber ganado una batalla, pero ¿cuándo un cristiano puede decir que
ganó la batalla?"
Dramane Coulibaly.- Tengo una esposa y tres hijos.Nací en torno a 1949 y estoy bautizado
desde 1974, así que no tengo una experiencia cristiana extraordinaria: acabo de
empezar mi vida cristiana, me tomó tres años de catecumenado.Cuando llegué a la edad de quince
años, sentí que tenía que elegir mi religión y conocer las dos religiones: el
Islam - la religión de mis padres - y el cristianismo, que yo prefería.
"Vi un pequeño libro"
Mis padres me empujaron a seguir la
religión musulmana.Luego trabajé
para las Hermanas de Ferkéssédougou.Un
día, mientras caminaba por el patio,vi
un pequeño libro de San Juan.Para
mi sorpresa, veo que habla de Jesucristo.Ya
había oído antes hablar de la religión cristiana, pero no sabía si era diferente
de la religión de Mahoma, si Cristo y Mahoma eran diferentes.En este libro, me di cuenta de que
hablaba de Jesús, que sufrió por los hombres y que vino a salvar a todos los
hombres.
Pedí información a la hermana.Le dije que había encontrado un libro
viejo, que Jesús vino a salvar a los hombres y que murió por ellos.Le pregunté si realmente vivió en la Tierra
o si era un cuento.Ella me dijo
que sí, que Jesús vivió y que se podía visitar su tumba.
Me dije: "No vale la pena, ya que no
soy cristiano y no quiero serlo”.Me
acerqué más a la religión musulmana, pedí información sobre el Islam primitivo.Pero seguía leyendo el pequeño libro.
Sinceramente, la vida de Jesús, que vivió en la tierra, me impresionaba mucho.A menudo, no llamaba Dios a Dios, sino
que, sin darme cuenta y sin saber exactamente qué significaba, lo llamaba
Señor.
Un amigo
cristiano, Michael.
Raymond Deniel.– Esto pasó en Ferké?
DC: Sí, pasé dos años allí.Después fui admitido en el SATMACI y
me designaron en Kohotiéri, en la región de Korhogo.Michel enseñaba catecismo y tuve el valor
de preguntarle más a fondo en qué consistía la religión cristiana.Me dijo: "Si realmente quieres
aclaraciones, cuando venga el padre hablaremos de todo”.El padre llegó y le dije: "Padre,
¿me puede explicar un poco la religión cristiana?" Me contestó: "Los
cristianos son personas que creen en Jesús, que es el Hijo de Dios, que vino a
sufrir por todos”. Le dije: "Sí,he
leído un librito donde se habla de ello, pero ¿realmente vivió?" Me dijo
que sí y brevemente me habló de la vida de Jesús.Me preguntó qué me impulsa a
preguntarle esto.Le contesté que
la lectura del libro, pues me di cuenta de que Jesús seguía siendo impresionante:
una persona que se entrega a sus hermanos... Me preguntó: "¿Qué te interesa
de lo que ves en la familia cristiana?” a
lo que contesté que no había tenido la oportunidad de convivir con cristianos..."No
puedo expresar lo que he visto, pero el libro que leí me dejó muy impresionado:
cómo Jesús salvó a la gente, especialmente en la lectura de los milagros. He
visto que se trata de un hombre de Dios".
“No puedo decir más sobre la familia
cristiana: no pertenezco a una comunidad cristiana, por lo que no puedo ver lo
que está pasando”.Él dijo:
"Con esta información, ¿qué querías?" - "¡Ah! Quería venir de
vez en cuando a escuchar lo que usted dice de Jesús y llegar a ser un
cristiano, si es posible". Él me dijo, feliz, "que así sea" y me
registré para las clases de bautismo.Esto
pasó en 1968.
Antes de leer ese libro de Juan, las cosas
eran fáciles para mí.Continué
leyendo sin entender todo, pero lo que más me interesaba era cómo Jesús salvó a
la gente. Pregunté a Michel: "No es suficiente aprender, he de ir a la
iglesia alguna vez”.Se ofreció a acompañarme
y me explicó cómo se ora en la iglesia: cualquiera puede entrar, el que
quiera hacerse cristiano puede hacer la señal de la genuflexión para saludar,
escuchar la Palabra de Dios.Me
dijo que la Palabra de Dios es lo que había leído en este pequeño libro...
Fuimos allí.En cualquier caso, no
entendía nada, incluso con el libro.Una
cosa me parecía extraña: Jesús, el Hijo de Dios.Falta algo, no lo entiendo."Jesús, Hijo de Dios"
RD - Para un niño de origen musulmán, debe
ser difícil!
DC- Jesucristo, el Hijo de Dios, me costaba
entenderlo.A veces me decía:
"Jesús es verdaderamente Dios y para mostrarse se hizo hombre, pero no por
eso tengo que llamarlo Hijo de Dios, a Dios directamente". No lo podía
entender.
También iba a misa, veía lo que hacían y
escuchaba lo que decían. Y decidí asistir al catecismo a Lataha.Iba a catecismo en senufo con los
agricultores.No me tomó mucho
tiempo entender algunos pasajes: los milagros que dejaban muy impresionado y
todo aquello me llegaba al corazón, pero no aceptaba que Jesús fuera el Hijo de
Dios. "Dios no tiene hijos".Pero iba a misa con frecuencia, oraba
(aprendí a rezar con Michel) y hasta puedo decir que tenía más valor que en la
actualidad.Leía mucho más:
Michel me prestó libros y el padre me regaló una Biblia.Leía sin comprender.
Así es como me llaman quienes no conocen mi nombre: « toubabou ». Nada
mas salir de casa, un gran grupo de niños y niñas salen de sus escondites
buscando un gesto de saludo al grito de « monsieur le blanc,
Landessss !! ». Un día me paré y les dije que no estaba bien llamar así
y que me podían llamar por mi nombre. Recordaron mal y me llaman Landes y no
Lander.
Pero hay algo aún más gracioso y llamativo. Desde junio me desvié de la
ruta habitual, llena de desniveles, agujeros, grandes rocas… Habían asfaltado
la vía que queda a unos 400m de casa, así que aunque el trayecto fuera mas
largo, una vez en el asfalto podía conducir la moto sin problemas. Sin embargo,
para llegar al asfalto, he de atravesar un patio familiar. Desde el momento en
que oyen mi moto o me ven desde la lejanía, los niños se llaman unos a otros
con gritos. Todos salen en tropel de sus casas y me hacen un paseíllo por el
cual he de pasar. Ellos aplauden y saltan mientras me cantan « tabou
gniena pa, pa, pa! ». Con este espectáculo, todos los días salgo contento
de casa. Alphonse me comenta que es un gesto simpático y que cuando el era pequeño,
las raras veces que veían un blanco, directamente le aplaudían, como si del
presidente de los Estados Unidos se tratara. ¡Curiosa actitud para con los
blancos, que históricamente tan mal los hemos tratado! Esclavitud,
colonialismo, explotación y expolio de recursos naturales… A veces me pregunto
si no son ellos mas civilizados. Nosotros, en Europa, cuando llegaban los
primeros negros, ¿les aplaudíamos? En absoluto, huíamos de miedo. Bueno, en
realidad también hay algunos niños que se asustan al verme.
Pero me gustaría centrarme en la palabra « toubab-toubabou ». Se
utiliza mucho en África central y Occidental para referirse a una persona
blanca. Pero ¿de dónde proviene ?
·En primer
lugar, en argot militar, toubib significa « medico », de origen árabe.
« Tbib » significa brujo.
·En wolof, un
idioma del Senegal, significa « convertir ». Efectivamente, los médicos
convertían a los enfermos, los primeros misioneros fomentaban la conversión…
·El término podría
proceder del mandinga, lengua presente en diferentes países de África
Occidental, especialmente, Senegal, Gambia, Costa de Marfil, Guinea-Bissau… En
la Gambia de la época colonial, « bob » era el termino que utilizaban
los nativos para designar la moneda británica. Por lo tanto, « two
bob », dos monedas.
Como en todos los idiomas, hay palabras que son agradables o peyorativas en
función del sentido y de la intencionalidad con la que se usan. Sinceramente, a
mi no me molesta en absoluto, pues se que esos niños no lo dicen como insulto. Esta
infancia vive en la calle, buscando cualquier pasatiempo, cualquier cosa que
llame la atención (los niños de aquí no tienen Play Station generalmente…). Y
no hay nada más llamativo que un blanco en Korhogo, pues en una ciudad de más
de 300.000 habitantes, seremos una veintena de blancos, la mayoría curas y
monjas. Claro… con razón me llaman « mon père » (padre) en todo el país !
Toubabous y no toubabous… que tengáis un buen día ! Kolotcholo n’djan tènè ! (que Dios
bendiga tu jornada !)
En el País Senufo, en un contexto de alta mortalidad infantil y maternal, perpetuar la vida es una preocupación importante, prohibiéndose así el celibato. La mujer, fisiológicamente responsable del linaje, es apreciada por su fertilidad. Muchas estatuillas y máscaras tradicionales confirman la importancia que le conceden.
La madre de madres es la diosa Katyelo, la Vieja Madre de la aldea, todos los Senufos son sus hijos: por eso mismo los miembros del Poro son llamados "hijos de la Vieja Madre". Respecto a la mujer física y humana, su primera riqueza, a ojos de los Senufos, es la fertilidad y el honor, así como su belleza, se basa en el número de hijos que tiene. No tener hijos, ser estéril, supone una gran maldición: se dice que los dioses la han castigado por algún motivo. En ese caso, la alianza o boda tradicional carece de valor y puede anularse. Se celebran ritos y se hacen objetos para favorecer la fertilidad, tanto femenina como masculina, pues los Senufos aceptan la idea de que, en caso de problemas, éstos pueden venir tanto de la mujer como del hombre.
Existen numerosas oraciones para invocar a los dioses que favorezcan la fertilidad, siempre acompañados de algún sacrificio animal. He aquí una oración:
"Invitad a las mujeres al pueblo
y dadles la capacidad de tener hijos.
Que sean grandes nacimientos!
Dadles granos maduros de caridad
y no les deis abortadores".
El caridad es un árbol africano cuyos granos se utilizan para fabricar geles y aceites. Es el símbolo de riqueza. La comparación entre los granos de caridad y los niños revela la gran bendición que supone cualquier nacimiento para la familia.
Tras los ritos, muchas mujeres tienen sueños que solo los místicos son capaces de interpretar. Por ejemplo, si una mujer sueña con la menopausia o con una serpiente que le muerde, significa que en poco tiempo va a estar embarazada.
Cuando la mujer está embarazada, se le cuida con mimo, para que no haya complicaciones durante los 9 meses. Sin embargo, en el País Senufo, y esto nos resulta sorprendente a los occidentales, la noticia del embarazo se guarda en secreto. ¿Por qué? Porque hay que evitar a toda costa las maldiciones que personas malintencionadas pueden mandar al bebé o a la madre. Es mejor no informar. De hecho, cuando una mujer anuncia su embarazo antes de que este sea visible, la gente duda de la veracidad y piensa que trama algo.
Por otra parte, a esta obligación de discreción se le añade una multitud de prohibiciones alimentarias, pues los Senufos creen que lo que una mujer embarazada come determinará la personalidad y la salud del bebé. A modo de ejemplo, comer carne de rata durante el embarazo convierte al futuro hijo en ladrón, o que la carne de oveja/cordero provoque problemas respiratorios.
Como veis, una mujer embarazada supone una gran bendición y es motivo de orgullo para los Senufos, pero también genera grandes inquietudes.
Y con este artículo, quiero rendir homenaje a varias personas. A la primera, a mi Ama. Por todo! Felicito a mi amigo Iñaki y MariJoxe que acaban de ser Ama y Aita. A Elisabet, la madre de mi amiga y hermana Loly, que también acaba de dar a luz. Y a Ramoni, mi compañera de trabajo, que pronto hará realidad su mayor sueño. Y cómo no... a todas y cada una de las mujeres.
Ya estaba un poco harto de escribir sobre muertes, funerales, enfermedades... Me sorprende y me indigna que las familias no tengan dinero para llevar a los niños a la escuela o pagar medicamentos, pero sí tengan dinero para hacer marmitas en funerales.
La agricultura es el motor de la economía de Costa de Marfil. Primer país productor de cacao e importante productor de café, Pero conocemos más o menos estos productos. El 68% de los trabajadores del país se dedican a la agricultura, aunque la mayoría lo haga no como trabajo sino como supervivencia.
Pero, ¿qué están haciendo estas dos personas? Hablemos del aceite de palma, un producto básico para la población marfileña y de África Occidental, tan básico que en junio se celebró en Abidjan un congreso internacional sobre el aceite de palma, fuertemente contestado por países europeos.
Costa de Marfil se sitúa en 5º lugar de la producción /(detrás de Indonesia, Malasia, y exportación del aceite de palma: el 75% se consume en el ámbito local-nacional y la tasa de exportación asciende a 25% (a los países del UEMOA -Unión Económica y Monetaria de África Occidental-, como Burkina Faso, Togo, Mali, Senegal o Guinea Bisau). Según el tratamiento del aceite, se puede transformar en carburantes, bio-gas o alcohol medicinal), pero generalmente se emplea para producir aceite comestible, margarina o jabón.
Una palmera da fruto dos veces al mes durante todo el año, y produce entre 25 a
35 años. Sin embargo, alrededor de 20 a 25 años, las palmeras son muy altas y se
hace difícil recoger las nueces de palma, por lo que se talan. El tronco se
utiliza sobre todo en la construcción de viviendas. En otros casos, las plantaciones se queman para ser replantadas,
aunque esta práctica tiende a ser prohibida.
El aceite de palma ha sido objeto de litigios internacionales, pues gobiernos occidentales han declarado que es un producto nocivo para la salud y riesgo de deforestación. Pero, mi opinión es que muchos productos son nocivos para la salud si se abusan de ellos. ¿Por qué poner en riesgo el trabajo, la cultura, incluso el arte de producirlo? Y si se produce en cantidades razonables para no deforestar toda la selva... (más aún si es para consumo propio).
Y he aquí como este chico, de cuyo nombre no recuerdo, trepaba por la palmera con su machete, para cortar las almendras de palma. Chico al cual he de agradecer por llevarnos a sus terrenos, donde nos enseñó sus plantaciones, su casa y su familia. Una vez más, qué gran verdad: "Oh, saludo tierra de esperanza, país de la hospitalidad...".